Aparece un lienzo en escena, con una calle de la llamada “ciudad blanca”: Popayán, en Colombia. En el centro de la imagen vemos a una mujer Misak, tejedora de historias, sueños, esperanzas y realidades en su territorio… también se observan (lateralmente) mujeres europeas pintoras, tejedoras de líneas y manchas de colores difusos y precisos; todas con manos femeninas creadoras y laboriosas capaces de representar vidas y sentires, pero frenadas por mundos que dan un lugar secundario a la mujer. “Historias oficiales” de muchos contextos, se han empeñado en invisibilizar a sus artistas, sus académicas, sus obreras, sus literatas, sus artesanas, sus mujeres cotidianas; hoy nuestro lienzo quiere ser un poema visual que se refiera a todas ellas, que eleve sus voces en el relato pictórico: “Nosotras también somos y hacemos desde retratos de vida propios”. Una suma de retratos, si, esa es nuestra obra - síntesis de vivencias de mujeres que expresan un sentir y un reivindi...